Segun la Real Academia Española, la palabra celibato proviene del latin "caelibātus". Este hace referencia al "estado del hombre o mujer que vive sin casarse". "Elección voluntaria y libre de no adquirir un vínculo matrimonial y de vivir la continencia sexual por un motivo religioso". El celibato se practica sobre todo en las religiones orientales. al menos en hinduismo, budismo, taoísmo y jainismo.
En el hinduismo son devotos masculinos y femeninos llamados "sadhus" (los santos). En el budismo moderno en Tibet, Japón y Tailandia, los monjes pueden casarse. Y los hombres casados pueden pasar tiempo como monjes antes y durante el curso de la vida matrimonial, alternando la vida célibe con el matrimonio. El tantra llegó a sostener que el celibato no era necesario para el crecimiento de la vida espiritual. Las enseñanzas básicas del tantra son la unidad del nirvana y el samsara, la integración de la experiencia mística y sensual.
Los antiguos principios del judaísmo aceptaban el matrimonio para todos, incluidos los rabinos. En algunos casos, para estudiar la torá y otras escrituras judías, los rabinos pedían permiso a sus esposas para ser célibes y libres de preocupaciones familiares para dedicarse exclusivamente al conocimiento. Entre las sectas judías, había un grupo notable, los esenios. Eran una secta ascética asociada con la comunidad tha qumran de la región alrededor del mar muerto. Todos ellos eran hombres que vivían en una comunidad de compañerismo igualitario.
Se decía que eran intolerantes con los forasteros y no muy amistosos con las mujeres. El celibato en el cristianismo ha sido considerado no como una disciplina física para purificar el cuerpo y vivificar la conciencia, sino como una virtud ejemplar de devoción a Dios. El celibato cristiano ha sido utilizado como un refugio incómodo para conjurar los males de la sexualidad basada en la creencia en el pecado original. El concepto cristiano del pecado original sostiene que el conocimiento y la experiencia sexual impiden entrar en el reino de los cielos después de la muerte. Para que el individuo sea aceptado, la sexualidad debe ser desarraigada, y eso se logra absteniéndose de la actividad sexual.
Los puritanos comenzaron una historia de represión sexual. En el siglo XVII, los puritanos utilizaron la religión como perro guardián de la actividad sexual. Sin embargo, no había secretos sobre el sexo. Eran realistas y conscientes del sexo. No tenían fe en el celibato voluntario pero creían en el deseo sexual.
No negaron la sexualidad tímidamente, la denunciaron a gritos. En el siglo XIX, la sexualidad se había vuelto tan reprimida que era casi invisible. Los victorianos estaban tan horrorizados con el sexo que negaban su existencia. El ideal victoriano era la sublimación del sexo. No se discutia, pero ciertamente estaba implícito.
En el amor familiar, el amor sexual se consideraba degradante "sólo para las bestias". Se reconocía que los hombres tenían deseos sexuales, pero se suponía que debían abstenerse de imponérselos a sus esposas. Ni siquiera se suponía que las esposas tuvieran deseo sexual y se les enseñaba a participar únicamente con fines procreativos.
Brown, G. (1980). The new celibacy: Why more men and women are abstaining from sex--and enjoying it. New York: McGraw-Hill.
